Estrella Roja, una de las grandes sorpresas de la Copa de Europa
Si hacemos un breve repaso por la historia reciente de la UEFA Champions League, podemos notar que desde la final de la edición 2003-04 donde participo (y gano) el FC Porto de Mourinho, no se tiene en esa instancia a un club de una liga que no sea de las 5 principales de Europa (España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia) y si consideramos todo el periodo desde 1992-93 (temporada donde se da el cambio de nombre de la competición), solo tendríamos dos casos mas al del club portugués, el Ajax de Van Gaal en 1995 y 1996, justamente antes de la aplicación de la ley Bosman.Es por ello que pensar que un club balcánico participe en una final de la UEFA Champions League en la actualidad resulta muy difícil sin embargo, hay un antecedente que nos lleva a 1991, donde el Estrella Roja de Belgrado (Crvena Zvezda) logró esa hazaña. El futbol yugoslavo (esto ocurre antes de la guerra de Croacia que separaría al país) estaba viendo el nacimiento de una generación de futbolistas que estaban llamados a hacer historia para su país que, por ejemplo, habían sido campeones del mundo sub-20 en 1987, siendo algunos de esos jugadores parte del equipo del Estrella Roja.
Historia del Estrella Roja
El club nace en 1945, en el contexto de la segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de jóvenes de una liga amateur de futbol deciden crear una institución deportiva en Belgrado que sería la única sobreviviente de la zona de todas las creadas previa y durante la guerra. El club fue creciendo rápidamente y en 1951, logra ganar su primera Liga de Yugoslavia, luego de finalizar segundos en las dos ediciones anteriores. Ese fue el primer paso para un club que sería uno de los habituales contendientes al titulo y que ganaría distintos títulos a nivel local.A mediados de los años 80, el club inició una búsqueda de los mejores talentos del territorio yugoslavo con la intención de adelantarse a sus rivales y de esa manera llegaron algunos nombres como Prosinecki, Savicevic, Jugovic o Mihajlovic, algunos fueron parte del equipo yugoslavo campeón en la categoría sub-20. En 1990, el club contrataría a Ljupko Petrovic, un entrenador que venía en ascenso luego de haber ganado un campeonato de segunda división con el Spartak Subotica en 1988 y la liga yugoslava con el Vojvodina al año siguiente.
La Copa de Europa de 1991
En esa época, la Copa de Europa era solo jugada por los campeones de cada liga únicamente y como campeón de Yugoslavia, el Estrella Roja era uno de los participantes de la competición y el formato era de eliminación directa a doble partido a excepción de la final que se jugaba a partido único. En ese escenario, el equipo de Belgrado empezaba el torneo enfrentando al Grasshopper de Suiza a quien vencería por un marcador global de 5-2, habiendo superado notoriamente a los suizos en el segundo partido.En la siguiente ronda esperaba el Glasgow Rangers, en aquel momento, absoluto dominante de la liga escocesa que venía de ganar su segunda liga consecutiva de las nueve que terminaría logrando de esa manera. En este caso, el Estrella Roja haría el trabajo en el primer partido donde vencerían a los escoceses por 3-0. En cuartos de final, el Dynamo Dresden no opondría mucha resistencia ya que perdería ambos partidos por 3-0, el primero deportivamente y el segundo por los incidentes ocasionados por los aficionados del conjunto alemán.
Finalmente, el poderoso Bayern de Munich sería el último escollo antes de alcanzar la ansiada final por el club yugoslavo ya que su rival de ciudad, el Partizan, había alcanzado una en 1966 donde fueron vencidos por el Real Madrid. En el primer partido, el Estrella Roja sorprendería venciendo 2-1 al Bayern en su estadio, resultado que se estaba repitiendo en Belgrado pero a favor de los alemanes sin embargo, un autogol de Augenthaler en el minuto 90, sellaba el pase de los yugoslavos a la final. Allí esperaba el Olympique de Marseille de Bernard Tapie, que había arrasado con todos sus oponentes a lo largo del torneo.
La final
En Yugoslavia, la alegría por el logro del Estrella Roja se veía opacada por la creciente tensión entre los distintos estados que conformaban el país que buscaban separarse en busca de independencia. En ese contexto, se jugaba una final que se disputaría en el estadio San Nicola de Bari y que enfrentaba a la sorpresa del campeonato con un equipo francés que había tenido una inversión económica importante, siendo considerado uno de los primeros clubes (quizás el primero) en recibir este tipo de inversiones por parte de algún millonario, practica que se ha vuelto muy común en el futbol.El Marseille tenía nombres como Chris Waddle, Jean-Pierre Papin, Abedi Pele o Jean Tigana además de Dragan Stojkovic, un gran mediocampista yugoslavo que había llegado al club francés procedente del Estrella Roja donde dejo grandes actuaciones. El Marseille se había caracterizado por aprovechar muy bien los contragolpes debido al gran talento que tenía en ataque y por ello, el entrenador Petrovic, quien analizó muchos partidos de los franceses, pidió a sus jugadores que renunciaran a la posesión del balón, de hecho, les pidió que le regresaran el balón al OM cada vez que la recuperaran.
El entrenador yugoslavo planifico el partido para que fuese un 0-0 y vencer en penales con una parada del veterano arquero Stevan Stojanovic y casi como si hubiese sido una visión del futuro, el partido fue muy aburrido y el Estrella Roja solo se concentró en defender. El empate a 0 se mantuvo y llegaron a los penales donde Stojanovic detendría el primer cobro que fue de Manuel Amoros, siendo esta la única diferencia entre ambos equipos y siendo lo que terminaría por darle la primera y hasta ahora, única Copa de Europa de un club balcánico.
A pesar de este gran logro y de que el equipo era una gran representación de Yugoslavia como nación ya que tenía una mezcla de serbios, montenegrinos, croatas, bosnios y macedonios que juntos llegaron a lo mas alto del futbol europeo sin embargo esto no evitó que iniciara la guerra y que esto llevaría a que ese gran equipo del Estrella Roja se desvaneciera. Los talentosos jugadores del equipo yugoslavo fueron abandonando la institución, en su mayoría, rumbo a Italia y España, las principales ligas de Europa en ese momento.